por Adrián Placenti
Allá por el 8 de julio de1884 el
presidente JulioArgentino Roca,
inspirado en Sarmiento, promulgaba
a través de la ley1420 la enseñanza
común, obligatoria, gratuita y laica.
El Estado, inspirado en la Francia
liberal apuesta a una educación
primaria universal definiéndose
a sí mismo como protagonista y
garantizando igual educación
para todoelmundo. La presión de
la Iglesia Católica fue enorme, casi
tan grande como la voluntad política
del gobierno de sostener el modelo
educativo,cosaqueefectivamente
hizo. Siempre se puede discutir la
historia desde distintas miradas,
pero previo a la sanción de dicha
ley, menos del 20% de los niños
estaban alfabetizados y 25 años
luegoestabanalfabetizadosel66%
de los niños. La generación del
80, Sarmiento y sus ideas tienen
muchas aristas, es cierto. Pero
se trata de ver a grandes rasgos
cuál fue y es el rol del Estado en
la educación de nuestro país.No
haré un repaso histórico exhaustivo;
sin embargo, no se puede soslayar
que luego de la década del 50 esto
comienza a revertirse y e lEstado
de alguna manera deja de lado su
rol protagónico, cediendo a las
presiones que nunca cesaron.
¿Qué fue lo que ocurrió entonces?
El Estado mediante leyes y
acciones comienza paulatinamente
a abandonar ese rol protagónico.
Así, por ejemplo, dicta un decreto,
en épocas de gobierno de facto,de
la “Revolución libertadora” y
que luego dicho decreto fue
reglamentado por el gobierno
democrático de Frondizi, que
permitía a las facultades privadas
la posibilidad de otorgar títulos
oficiales (algo que antes era
reservado a las universidades
públicas).Así por ejemplo crea la
Dirección General de Educación
Privada, entre tantas otras tantas
medidas tendientes a promover
dicha modalidad educativa.Unos
años antes, en 1947, por iniciativa
del primer gobierno de Juan
Domingo Perón comenzaron
los subsidios para la educación
privada. La idea era ayudar a
los colegios que se instalaran en
las zonas en las que el Estado no
tenía escuelas.Un noble fin que
luego se ha distorsionado. Para
afianzar aún más esta decisión tanto
la Ley Federalde Educaciónde
1993 como la Ley Nacional de
Educación del año 2006 definen
como “público” todo el sistema
educativo diferenciando entre
“Escuelas públicas de Gestión
Estatal” y “Escuelas Públicas de
Gestión privada”. La política es
realmente el arte de lo increíble:
como si un niño de la villa
1-11-14 pudiera formar parte
de la comunidad educativa del
Colegio San Cirano, por dar sólo
un ejemplo.Todo esto ha hecho
que progresivamente el Estado
haya ido delegando su tarea y
obligación. El resultado es que
en la actualidad el sistema goza
de profundas asimetrías. Y las
asimetrías del sistema educativo
restan posibilidades precisamente
a quienes más lo necesitan.
Cuando hace 70 u 80 años
en el mismo salón de clase
teníamos alumnos hijos de
industriales compartiendo sus
días, juegos y aprendizajes con
hijos de comerciantes, obreros o
profesionales,hoy en la práctica
tenemos salones donde sólo
comulgan hijos de barrios
carenciados entre sí, hijos de
obrerosentresí,deprofesionales
entre sí, de industriales entre
sí, etc. El sistema educativo
tremendamente inequitativo en sus
recursos pareciera preparar a los
niños para vivir en una sociedad
extremadamente inequitativa.El
Estado se ha corrido de su función
y ha fragmentado el sistema no
garantizando igual educación para
todos nuestros hijos.Es una gran
deuda de nuestra sociedad.Y una
gran mentira no reconocer dicha
realidad si realmente nos interesara
cambiarla. En concreto: el que
puede mucho económicamente
pagará un colegio tal vez bilingüe
abonandocuotasde $20.000 o más.
Hijos de profesionales exitosos
recibiráns u educación en colegios
cuyas cuotas oscilarán entre$10
y $15000. La clase media según
su ingreso, mandará a sus
niños a colegios privados con
cuotas deentre$1500 y $5000.
La escuela pública recibirá en su
mayoría a los niños de los barrios
carenciados. Cada tipo de colegio
aglutina hijos de un mismo sector
social.Y porejemplo, mientras
un colegio del Estado tiene un
gabinete psicológico para todo
un distrito, es decir más de 20
escuelas,un privado de los caritos
tiene más de un profesional para
cada nivel educativo. Mientras el
colegio privado expulsa a los niños
con problemas de aprendizaje o
conducta la escuela pública los
recoge.Mientras un colegio del
Estado tiene solo tres personas para
conducirlo, un colegio privado
duplica o triplica este número. La lista de asimetrías continúa, por
supuesto,sin soslayar el primer
filtro: la cuota.
Ese es el mapa cruel de lo
que ocurre, más allá de posturas
ideológicas. Más allá de discursos
grandilocuentes.Más allá de que
nos quieran hacer creer que el
docente de escuela pública (que es
el mismo que luego trabaja en la
privada) es el culpable del deterioro
de la misma cuando en realidad ha
sido el Estado el que se ha corrido
de su mandato constitucional por
el cual debería garantizar igual
educación para todos nuestros
niños.Esa es la foto del sistema
educativo.Por supuesto,todo
esto se agudiza en lainstancia
secundaria donde el vaciamiento
de la escuela pública, su mala
organización y su destrucción ha
sido fenomenal. En lo súltimos
años ya se ha reformulado el sistema
unas 4 veces y nada de todo esto se
ha revertido sino todo lo contrario:
se ha acentuado.La oferta educativa
es desigual, la ofertaeducativa de
excelencia no está al alcance de la
mayoría.Todo esta descripción no
es una imputación hacia tal o cual
establecimiento, que los habrá en
su mayoría con una gran vocación
de servicio, sin lugar a duda.Si no
que más apunta a pensar en cómo
el Estado que un tiempo atrás y
sosteniendo una voluntad política,
creó un sistema educativo único y
equitativo, y ahora, no por arte de
magia sino por acción de otro tipo de
voluntad política, ha confeccionado
uno desigual y fraccionado, que
impide el ascenso social, que
prácticamente destina a quienes
no pueden, aque nunca lo hagan.
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