EDITORIAL Residuos urbanos: un problema que requiere el compromiso de todos

Los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires enfrentamos una grave cuestión problemática como es la eliminación de los residuos urbanos. Según las cifras ofrecidas por el Gobierno de la Ciudad, cada porteño genera alrededor de un kilogramo de basura diariamente, que varía según los niveles socioeconómicos. Es mayor en las zonas central y residencial-comercial, que son las que corresponden a niveles socioeconómicos alto, medio alto y medio. El 90% de los residuos sólidos urbanos recolectados son trasladados a estaciones de transferencia y carga operados por el CEAMSE que se encuentran en la CABA. Un sistema informático determina los pesos netos de los tonelajes dispuestos. Luego, los desechos son derivados a enterramientos sanitarios operados a través del CEAMSE, ubicados en la provincia de Buenos Aires. A González Catán se envían los residuos de zona oeste del AMBA, a Ensenada los de los municipios de La Plata, Ensenada y Berisso, y a Norte III, en el partido de San Martín, los provenientes de la ciudad de Buenos Aires. El de Villa Domínico se encuentra en etapa de cierre. La vida útil del relleno sanitario Norte III se extendió hasta la segunda mitad de 2014, ya que el plazo estaba fijado para abril de 2013. Los de Ensenada y de González Catán deberían estar clausurados por disposiciones judiciales que acompañaron a los reclamos de los vecinos debido a la contaminación de las napas subterráneas que les ocasionan enfermedades dérmicas, oncológicas, hematológicas, gastrointestinales, respiratorias y, fundamentalmente, alergias, hepatitis y enfermedades raras como lupus y púrpura. El Gobierno de la CABA, según informa en su página web, comenzó, en marzo de este año, la obra de adecuación de las instalaciones de una planta sita en Varela y Janes, que permitirá la ejecución de tareas de recepción, selección, embalaje, acondicionamiento y acopio de materiales reciclables. En estadísticas publicadas por el CEAMSE, los residuos enviados durante el año 2010 a los rellenos sanitarios del conurbano ascienden a dos millones de toneladas. La ley 1854 de Basura Cero, aprobada por unanimidad en la Legislatura porteña en el año 2005, establece un cronograma de reducción progresiva de la disposición final de residuos sólidos urbanos: 30% para 2010, un 50% para 2012 y un 75% para el 2017, tomando como base los niveles enviados por el CEAMSE durante el año 2004, 1.497.656 toneladas. De acuerdo a esta normativa, debieron enviarse en 2010, 1.048.000 toneladas de residuos; por el contrario, se envió el doble. Según Greenpace, los residuos urbanos que son depositados en los rellenos del conurbano contienen una variedad de sustancias químicas que incluye metales pesados, una enorme cantidad de compuestos orgánicos como detergentes, solventes y contenidos de plástico. Al descomponerse los residuos se liberan líquidos, que se filtran de la basura y contaminan las napas subterráneas, y gases altamente tóxicos. Los líquidos arrastran partículas de residuos y disuelven metales que son vertidos en el suelo y llegan así a los cursos de agua, los que generan un gran riesgo para las comunidades ubicadas en las cercanías. En julio de este año, debido a una huelga de los empleados del CEAMSE y luego un reclamo de las cooperativas de cartoneros, la ciudad vio pobladas sus calles con montañas de bolsas de residuos que pusieron en riesgo no sólo la higiene sino también la salud de la población. La pregunta es: qué nos pasa a los porteños que ante la solicitud de no sacar la basura, actuamos con indiferencia, inundando la ciudad con bolsas, que sabemos, lamentablemente, que terminarán rotas, dispersándose su contenido sobre las calles y aceras, generando focos de contaminación como si a cada uno de nosotros no nos afectara esta situación. Siendo conscientes de que las autoridades no han alcanzado las metas propuestas con la ley de Basura Cero: es hora de que también nosotros asumamos nuestras responsabilidades y nos hagamos cargo de nuestro proceder. Comencemos por adoptar medidas que colaboren con esta problemática que nos afecta a todos por igual. Busquemos información sobre cuáles son residuos reciclables para poder separarlos, y a quién se los podemos entregar. Investiguemos en nuestro barrio lugares donde los reciban, averigüemos a quiénes beneficiaríamos con nuestra ayuda. Sólo los cartoneros son recicladores. ¿Acaso nosotros no somos parte de esta ciudad? Actualmente, con el maravilloso aporte que nos brinda internet obtenemos la información en un instante. Usémosla. Si cada uno contribuye con su granito de arena, podríamos lograr un espacio más limpio y seguro, que nos brindaría una mejor calidad de vida y nos posibilitaría ayudar a muchos que están esperando una mano solidaria. El beneficiar a uno suma al beneficio de todos. No estamos solos en esta ciudad.

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